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Quieres Ser madre o no?

«Ser madre implica preocuparse por alguien todo el tiempo»

«La hija única» – Guadalupe Nettel

Me ha llegado al corazón la acertividad y cotidianidad en que esta escritora mexicana plasma las palabras y te entiende como mujer en el siglo XXI. Me sentí muy reflejada con uno de los personajes de la lectura (van a saber luego luego con quién) . También recordé con mucho amor, amigas que han sufrido pérdidas de bebés pequeños o no tan sanos como esperaban.

Me gustan los niños, vengo de una familia niñera, de un abuelo niñero. Pero ahora para mí, la maternidad es un gran universo que no se define solo por tener un hijo propio. Recuerdo que en la universidad tuve un proyecto de hacer un mega evento para el día de las madres y mi mamá criticó mi logo del evento porque era la silueta de una mujer embarazada; me dijo: «la maternidad no es solo estar embarazada y tener un hijo propio». En ese entonces no lo entendí, ahora que tengo muchos sobrinos y una ahijada que me han robado el corazón, no solo lo entiendo, lo vivo y lo siento. Ahora que mi madre no está desde hace años y personas como mis tías y otras mujeres ejemplares muy cercanas a mí, me han ayudado a llenar poquito el hueco de mi madre que hay en mi corazón… ahora entiendo.

Y es que empecé a leer este libro pensando en que iba a obtener una respuesta, un sí o un no, a ser madre. Leí y pude reconocer diversos tipos de maternidad, incluso unos que ya he vivido en carne propia. La maternidad se expresa en diversos roles. A veces de madre biológica, otras como madre sustituta: tutora, maestra, amiga, madrina, tía…

Y al final, entendí… mi respuesta…

«No te pongas nerviosa… Pasará lo que tenga que pasar. Nadie escapa de eso»

«La hija única» – Guadalupe Nettel

#aleer

Madres estoicas

Sincrónicamente, cada día de las madres me encuentro con grandes sorpresas que mi mamá y el Universo ponen para mi; este año iniciaron el 9 de mayo con una maravillosa meditación, que evocaba a recordar a mamá y conectar con ella al cerrar los ojos y adentrarme en una visualización. Al día siguiente, el clásico festejo Coria con mis tías y primas. Para culminar con la maravilla de hacer realidad uno de mis más grandes propósitos: un pijamada con mi ahijada.

Hoy Lunes, me encuentro bien molida de dormir y jugar con mi chaparrita. Ahora entiendo que eso de dormir con niños en la misma cama es realmente un reto equivalente a una rutina de yoga intensa o de kick boxing, donde una es el saco de entrenamiento. Pero también, me encuentro relajada de haber sobrevivido unas horas de estrés en mi vida. A lo mejor estoy siendo exagerada, pero cada que me toca estar sola con mi ahijada quiero dar lo máximo, que ella disfrute mucho, que todo sea divertido, que aprenda algo de estar conmigo. Aunado a eso, también está ese temor de que le pase algo; de llevarla a los juegos y tener ojos por todos lados para cuidarla, que no le pase nada ni se le acerque nadie sospechoso porque la tengo que regresar completa (aunque a veces no la quiera regresar); de que coma bien y sano, pero también rico… Uff … le sigo… Ahora imagínense eso TODOS LOS DÍAS a la «n» potencia.

Es simplemente un enorme amor e inigualable, el que las mamás tienen a sus hijos para no perder el juicio y no quejarse; aguantando no tener ni un minuto a solas para esas cosas en que nos encanta perder el tiempo como: dormir, maquillarse y arreglarse, tomarse un café/té en silencio, leer (un párrafo tan siquiera), o mínimo ir al baño SOLAS!

No hay más, son estoicas. Tienen esa fortaleza y dominio sobre sí mismas… sobre uno y sobre la situación.

Mamás y futuras mamás… una reverencia solemne a todo lo que cada día hacen y deshacen, por sacar adelante a sus hijos y a su familia. Además, dudo que esto termine en la muerte, porque mi mamá se asegura de apapacharme, escucharme, responderme cuidarme y enviarme uno que otro pellizco, chanclazo y lección desde donde ella esté.

(OMSaiRam)