#aleer – BIOGRAFÍAS/autobiografías

Después de leer «Leonardo da Vinci «de Walter Isaacson, me seguí con este mismo autor y su serie de biografías de grandes genios; Einstein y Steven Jobs. Luego, tropecé con la autobiografía de Michelle Obama («Becoming«). Llegué a «Nosotras. Historias de mujeres» de Rosa Montero para conocer mini biografías de muchísimas mujeres muy interesantes. De ahí, Rosa me indicó el camino en su libro «La ridícula idea de volver a verte»; y me reveló que, al igual que ella, también me gusta mucho leer biografías.

Así pues, les explico con mis palabras y algunas de mi favorita Rosa Montero (RM), por qué es bonito leer biografías y algunas ventajas que yo les encuentro.

RM -«Soy una aficionada a las biografías: son cartas de navegación de la existencia que nos avisan de los escollos y de los vacíos que nos esperan.». Es ver perspectivas sociales inimaginables. Te muestran otras opciones, otros caminos, otros errores, pistas o inspiraciones. Ya tú decides si las sigues, o mejor te das la vuelta y dejas en visto.

RM -«Por lo general en las biografías hay ese silencio, ese vacío. Como si uno se ausentara de su propia vida». Y es ese momento en el que te hundes en la vida de otro, un gran respiro. Salir por unos minutos/horas de tu vida, problemas, agobios, ansiedades, emociones, sueños… Yo creo que es reconfortante. Y si la vida de esa persona que lees te resuena en algo personal, no solo te pierdes un momento, sino mejor aún… capaz que te encuentras , y te empiezas a sentir entendido y acompañado.

RM -«Retocar nuestras biografías para darle una apariencia de orden al absoluto caos de nuestra existencia» . Tal vez, esto sea de lo más atractivo para mi. Autobiografiarse creo es poco fácil porque te enfrentas a tu pasado y tal vez no seas un juez tan imparcial. Sin embargo, ese viaje te puede llevar a ordenar tus ideas, entender tu recorrido y agradecer tu presente. A lo mejor hasta replantearte tu siguiente movimiento.

RM -«...hay algo que siempre se repite y que me resulta bastante desolador. Resulta que el periodo de la infancia de los biografiados suele ocupar un amplio espacio; luego viene la juventud y la madurez que abarcan montones y montones de hojas… Pero llega un momento… en donde todo parece vaciarse, acelerarse o comprimirse…cuando se alcanza la vejez se diría que lo que les sucede interesa poco.» Este efecto es tan cierto, que yo ya hasta planes ando haciendo para escribir mi autobiografía en mi vejez. Aunque de cierto modo con tantos cuadernitos escritos por aquí y por allá, espero mi vida sea algo más sencillo de recapitular. Sobre esto solo diré que creo en la vejez uno tiene más conciencia de las muchas historias que hay por contar. ¡Empiecen a escribir sus «queridos diarios»!

Leer biografías nos ayuda a ser más empáticos, a salir de nuestra limitada burbuja de opiniones personales y en vez de juzgar, ver la vida de otros como otras perspectivas. Anímense! Aquí algunas que he leído y les recomiendo:

  • «Confieso que he vivido» de Pablo Neruda
  • «Gabriel García Márquez. Una Vida» por Martin Gerald
  • «Leonardo da Vinci» por Walter Isaacson
  • «Einstein. Su vida y su universo» por Walter Isaacson
  • «Steve Jobs» por Walter Isaacson
  • «Becoming» de Michelle Obama
  • «Nosotras. Historias de mujeres» por Rosa Montero
  • «Secretos del hombre más rico del mundo: Carlos Slim» por José Martínez.
  • «El diario de Ana Frank» de Ana Frank
  • «Cartas a Théo» de Vincent Van Gogh

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